Croacia, la costa Dálmata y en especial la ciudad de Dubrovnik son localizaciones que se han hecho especialmente famosas por méritos propios pero también por ser los escenarios de fantasía de la serie de ficción Juego de Tronos, donde recrean entre otros mundos el de Desembarco del Rey, la ciudad donde mayores tramas se desarrollan. Pero los viajes a Croacia organizados nos descubren que hay mucho más tras la estela de la mega producción televisiva, y que más allá de su cara mediterránea, el país balcánico esconde una enérgica capital, pueblos llenos de historia y un patrimonio natural privilegiado. ¿Por qué no debemos dejar de visitar Croacia?
La Croacia natural: un paraíso escondido
La naturaleza ha sido muy generosa con esta porción del Mediterráneo oriental: desde el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice hasta el conjunto de islas Pakleni, son varios y variados los rincones en los que Croacia despliega todo su encanto natural.
Plitvice tiene en su poder la declaración de Lugar Patrimonio de la Humanidad como primera garantía de encontrarnos ante un auténtico monumento nada más y nada menos que formado por 16 lagos de las más cristalinas aguas unidos por 92 cascadas.
A Plitvice le acompañan como joyas de la corona del país el parque natural Kopački Rit, uno de los humedales más grandes en Europa, el parque nacional Sjeverni Velebit, famoso por sus formaciones rocosas del tipo karst, y todas las islas que salpican la costa Dálmata, de las que destacan la región Hvar la isla Brac.
La Croacia histórica: el peso de un país de gran legado
Asomarnos por la capital croata, Zagreb, es asomarnos a una ventana a la historia más reciente y también la de las raíces de la Europa medieval: escondida entre los países de Eslovenia y Bosnia, poco o nada queda de la fatídica guerra balcánica más que el recuerdo y la pasión por no volver a vivirla, pero mucho de su peso en la Edad Media como punto clave del comercio hacia el interior de la Europa del Este.
Así, podemos apreciar en Zagreb un monumental casco histórico medieval amurallado, encantadores mercados como el de Dolac y el romántico cementerio de Mirogoj entre otros encantadores rincones.
A la capital le siguen otras ciudades como la escondida Osijek o Varaždin, la antigua capital croata conocida hoy por ser centro de culto al barroco, la música y las flores.
La Croacia mediterránea: una cara imposible de olvidar
No podemos abandonar Croacia sin visitar Zagreb o el parque Plitvice, pero donde Croacia muestra todo su esplendor, donde ver los mejores atardeceres en boca de Hitchcock, o el lugar más paradisiaco del mundo en la del escritor George Bernard Shaw, es sin duda alguna en su costa mediterránea.
Al ya conocido encanto embriagador de Dubrovnik, le sigue en igualdad de condiciones en cuanto a belleza y atractivos turísticos Split, también Patrimonio de la Humanidad, o Zadar, otras de las ciudades del frente de la costa Dálmata que reconoceremos por su perfil de ciudad medieval coronada por miles de tejados rojizos.
Sin duda alguna, un auténtico paraíso en su totalidad donde empaparnos de cultura, belleza natural, ocio e historia que merece mucho más que ser vista en la pequeña pantalla y vivirla a lo grande en primera persona.
Que Belleza!!! me encanta lo que aquí se describe… es tentador el destino, tocará apuntar a Croacia como La Croacia por conocer!!! ya no sera este año 🙁 ya me apunte a un largo viaje a Sri Lanka en el que espero conocer los más hermosos parajes naturales que hacen de este destino en Asia toda un fenómeno en la actualidad!!! las playas son lo máximo, sobre todo para el surf….