Barcelona tiene un encanto que ha sabido trasladar a todos y cada uno de sus barrios. Si en otras ciudades cuesta ver actividad turística más allá de los cascos históricos, la Ciudad Condal dispone de diez distritos cada uno de ellos con su personalidad propia que los hacen recomendables.
De esta forma, desde la romana Ciutat Vella a la futurista 22@ de Sant Martí, en todos los rincones encontramos un atractivo por el cual desplazarnos.
La Barcelona de hace más de dos siglos
Cuesta creer viendo obras como el Park Güell o la propia Sagrada Familia, a pesar de parecer ser rincones encallados en el tiempo, tengan poco más de cien años, o que el ingenio de leds que es la torre Agbar se sitúe en un antiguo barrio de tradición industrial y de pescadores.
Es por ello por lo que conviene limitar la Barcelona contemporánea de la histórica, aquella cuyas murallas ya no son de piedra, sino bloques perfectamente cuadriculados por el Eixample.
Montjuïc: faro de todas las épocas
Si hay un protagonista que sepa relatar cada año de la historia de Barcelona, ese es la montaña de Montjuïc. Fiel salvaguarda de la ciudad ha visto como por ella han pasado romanos, visigodos, partido naves hasta las Américas y hasta los atletas de primer orden mundial.
“Montjuïc ha sufrido varias transformaciones que la han convertido desde fuerte defensivo a sede olímpica”
Como barrio, no hay nada mejor que bajar por una de sus lomas tras haber alcanzado el castillo que lo corona y acercarse a “picar algo” por el mítico Poble Sec, hogar de pescadores reconvertido en centro del tapeo y del espectáculo (el Paral·lel).
Desde la zona más clásica, hasta la que abarcan sus muelles que ven llegar año tras año al mayor tráfico de cruceros de Europa que, majestuosamente llegan a su puerto, Montjuïc nos regala un recorrido de siglos de historia a pie y a vista de pájaro.
La Barceloneta que abraza al mar
Si hay un barrio marinero por excelencia, ese es el de la Barceloneta. No hay sensación más estival que pasear entre sus callejuelas dejándose airear por la brisa del Mediterráneo.
Este rincón de la ciudad ha sido fiel a su mar desde siempre. Si el resto de la ciudad le dio la espalda hasta que el 92 trajo las Olimpiadas, la Barceloneta lo ha atesorado desde su fundación, y el mar de mares se lo ha sabido reconocer regalándole ese carácter salino tan característico.
Ciutat Vella y el Born
¿Qué hay de una ciudad sin su casco histórico? En Barcelona no lo hay con mayor carácter que el de Ciutat Vella, cuyo máximo exponente son sus Ramblas, tanto la que recorre desde Plaza Cataluña al monumento a Colón, como la más reciente del Raval.
A diario miles de turistas se dejan ver para notar como se ha parado el tiempo a este lado de la ciudad, entre las callejuelas del barrio gótico que van a acabar en Santa María del Mar. 3000 años de historia que los empuja al deseo de comprar un piso en Barcelona y poder disfrutarlos segundo tras segundo.
3000 años que continúan a ritmo imparable, pero que tiene en sus barrios históricos un legado que impregna el ADN de todo barcelonés, que con orgullo mira a su pasado sin perder de frente su más inmediato y prometedor futuro. ¡Forma parte!